'Popel', los checos que salvaron las cenizas de 2000 víctimas de los nazis, incluyendo a siete republicanos españoles
- Oier Plaza sigue la búsqueda del profesor Unai Egia de varios deportados españoles desaparecidos
- Un documental participado por RTVE, que llega a los cines madrileños este viernes
Este viernes llega a los cines madrileños Popel (Cenizas), un sorprendente documental de Oier Plaza que narra la historia del director del crematorio civil de Praga, František Suchý y su hijo, que salvaguardaron las cenizas de más de 2.000 personas asesinadas por los nazis, entre ellos siete republicanos españoles. Una película participada por RTVE, que llega a los cines madrileños este viernes.
“František Suchý –nos comenta Oier-, dirigía este crematorio durante la II Guerra Mundial. Un día sufrió la visita de la Gestapo que le ordenó cremar ciertos cuerpos en el tercer turno de noche, deshacerse de sus cenizas e incluso de sus nombres. Pero ese hombre y su hijo decidieron desobedecer a los nazis, a costa de sus propias vidas, y crear listas secretas con los nombres de las víctimas e incluso ocultar sus cenizas”.
“Al principio esos cuerpos que les llegaban eran resistentes checos decapitados en simulacros de juicios, pero al final de la guerra empezaron a llegarles los cuerpos de los deportados que morían o eran fusilados en los campos de concentración de alrededor de Praga. Incluidos esos siete republicanos españoles”, añade el director.
En cuanto a lo que cree que llevó a František Suchý a jugarse la vida por cadáveres a los que no conocía, Oriol nos comenta: “Él pensaba que era fundamental salvar la memoria de esos muertos, que esa era la forma de honrarlos. También para que sus familiares tuvieran un lugar donde poder poner unas flores. Sabía lo importante que es eso para una familia. Y más si se trataba de personas que habían muerto de una forma tan injusta. Formó parte de todos esos resistentes checos que plantaron cara a esa maquinaria de muerte que entonces era el nazismo”.
La búsqueda de Enric Moner Castell
Este documental nació de la investigación del profesor Unai Egia, por toda Europa, en busca de los restos de Enric Moner Castell cuya identidad real suplantó Enric Marco, protagonista de la novela de Javier Cercas El impostor y de la película Marco, dirigida por Jon Arregi y Aitor Garaño.
“Durante el confinamiento leí el libro de Cercas –nos comenta Unai- y la historia me atrapó. Pero me intrigaba mucho saber cuál había sido el destino del verdadero Enric Moner. Busqué por todas partes, pero no encontré nada. Incluso contacté con Benito Bermejo, el historiador que desenmascaró a Enric Marco. Benito se sorprendió mucho porque en diez años nadie se había preocupado por descubrir la verdadera historia ni el paradero de Enric Moner”.
“Eso me motivó y empecé a investigar en el Ayuntamiento y el Registro Civil de Figueras –continúa-. Y después de llamar a muchos ayuntamientos y puertas, encontré a la familia de Moner. Y enseguida se despertó en ellos la necesidad de saber quién había sido realmente su familiar y cual había sido su destino. En los papeles de su hija encontramos una carpeta en la que comprobamos que Moner había participado en la Resistencia e incluso hayamos la única foto que se conoce de él”.
“A Moner –asegura Unai- se fueron sumando los de otros republicamos deportados, como Anjel Lekuona o Antonio Medina. Así que empecé a buscar a las familias y me di cuenta de la magnitud de esa deportación. Y de como Anjel y Enric acabaron en el mismo campo de concentración”.
Testimonios que hay que conservar
Durante esa investigación dieron con un video del hijo de František Suchý, ya fallecido, en el que aseguraba que “cualquiera hubiera hecho lo mismo de estar en su lugar”.
“Uno de los investigadores que había ayudado a Unai tenía esa grabación inédita del hijo y fue increíble poder verlo y escucharlo por primera vez –asegura Oier-.
“Para nosotros fue un documento muy emocionante –añade-, y yo he intentado mantener esa emoción del descubrimiento, de lo que suponía para nosotros encontrar a alguien en una lista o en una foto. Por ejemplo, me acuerdo de la foto de Antonio Clemente, que encontramos cuando ya llevábamos tres años trabajando en el documental y que apareció en Bélgica. Todas esas emociones están muy latentes en el documental, que está rodado como si fuera un thriller, ya que la investigación ha sido así de emocionante. Y el espectador descubrirá las cosas y se emocionará al mismo tiempo que lo hicimos nosotros”.
Fotograma del documental 'Popel' t
Los nazis querían “borrar” completamente a los judíos
Viendo el documental, impresiona la obsesión que tenían los nazis por “borrar” completamente a los judíos. Lo que nos hace pensar en cómo es posible que haya gente que quiera olvidar estas tragedias y mirar solo hacia adelante.
“Para mí es algo incompresible –asegura Unai-. Porque todavía hay familias que no saben dónde están los restos de sus familiares. Por eso yo creo que esas familias, y la sociedad, necesitamos iconos como František o como los historiadores y asociaciones que trabajan por preservar esa memoria de las víctimas. Ahora son las terceras generaciones las que retoman la historia y se basan en esas investigaciones que ya estaban ahí pero que van cobrando fuerza poco a poco”.
Y es que, tras la guerra, con la dictadura, no se podía pensar en los familiares perdidos. “No -añade Unai-, porque estaba ese miedo al “qué dirán” y también a la represión. Así que es emocionante cómo nuestras madres y abuelas escondieron cartas, documentos inéditos, que aparecen en sus cajones, como una carta que tiene gran importancia en nuestra historia”.
Unai Egia en una imagen del documental t
“Uno de los lugares que más me han marcado en la vida”
En su viaje de investigación nos llevarán hasta la prisión de Pankrác (Praga), donde los nazis decapitaban a los opositores y donde todavía se puede ver la guillotina que utilizaban.
“Entrar en esa sala te encoge por completo –nos confiesa Oier-. Es uno de los sitios que más me ha marcado en mi vida. Tiene algo que no se puede describir. Además, está en una cárcel que permanece en funcionamiento. Tú entras allí con muchas medidas de seguridad, porque solo lo pueden visitar académicos. Y te sobrecoge pensar que allí decapitaron a más de dos mil personas”.
“Ves la maquinaria de muerte perversa que pusieron en marcha los nazis –continúa Oier-, y compruebas hasta qué punto pueden deshumanizarse las personas”.
“Si –añade Unai-, es escalofriante ver la frialdad con la que se juzgaba a los resistentes checos. Como se les hacía un proceso cuasi legal. Y como, después, se descorrían unas cortinas en la misma sala y allí se los decapitaba en la guillotina o se los colgaba en la horca, delante de esos jueces”.
“Finalmente se los llevaba al crematorio –añade Unai- Y luego, desde las 20:00 de la noche hasta las 05:00 de la mañana se quemaba a los presos o los deportados de los campos de concentración cercanos. Sobre todo, al final de la guerra (cuando murieron los españoles), porque no se los podía desplazar a los campos más grandes. A František Suchý y a su hijo, los obligaban a verter las cenizas en el compost del cementerio adyacente al crematorio. Pero ellos vaciaban las chimeneas de hollín y lo cambiaban por esas cenizas que luego ocultaban en una fosa común. Fue fundamental que apuntaran todos esos nombres porque si no, sus familiares nunca hubieran sabido que murieron aquí”.
Fotograma del documental 'Popel' t
Al final de la guerra fueron encarcelados por los soviéticos
Tras más de tres años burlando a los nazis, y después de entregar las cenizas en 1948, lo curioso es que František Suchý y su hijo fueron encarcelados por los soviéticos.
“Fueron acusados por las actividades anticomunistas del hijo –nos comenta Unai-. Al parecer, el hijo formaba parte de una red de información o de ayuda y les acusaron por ello. Pero yo creo que la verdadera razón es que cuando los comunistas llegaron al poder empezaron a hacer lo mismo, a cremar cuerpos de sus víctimas. Y como sabían lo que había pasado con la familia Suchý, los metieron a todos en la cárcel. No querían testigos de lo que hacían allí”.
“De hecho –añade Oier-, creemos que al final de la II Guerra Mundial, František Suchý estaba convencido de que los nazis lo iban a matar para que no contara lo que había pasado allí. Pero él uso la argucia de fingir que los hornos estaban estropeados para dejar de hacer cremaciones. Así se salvó”.
Cartel de 'Popel' (Cenizas)
“La necesidad de cerrar heridas”
El momento más emotivo del documental es cuando los familiares de los republicanos españoles asesinados se reúnen con la familia Suchý, cerrando el círculo y pudiendo despedirse, por fin, de sus familiares asesinados
“El documental es un gran ejercicio de memoria y dentro de ese ejercicio de memoria está el cerrar heridas –nos comenta Oier-, el saber realmente como los mataron, qué hicieron en sus últimos momentos o que alguien los trató con humanidad al final. Que los familiares sepan por fin, ochenta años después, donde están los restos de sus seres queridos y puedan llevarlos unas flores es un alivio muy grande para esas familias”.
“Este es el mensaje con el que a mí me gustaría que la gente se quedara –añade Oier-. Como unas personas que han desaparecido hace 80 años pueden seguir siendo tan importantes incluso para una tercera generación de la familia. Porque yo creo que ese dolor, ese silencio, esa ausencia, se transmite generacionalmente”.
La reunión de los familiares de los republicanos muertos y la familia de František Suchý t
“Personalmente –añade el director-, ha sido muy emocionante presenciar ese momento, en abril del 2022, cuando los familiares pudieron, por fin, depositar unas flores en la tumba de sus seres queridos. Creo que tenían la sensación de que, por fin podían dignificar a sus familiares fallecidos en circunstancias tan injustas. Me gustaría que los espectadores empatizaran con ese dolor y vean lo necesario que es hacer ese ejercicio de Memoria Histórica, independientemente de cuáles sean sus ideas políticas”.
“Porque –continúa-, a las personas que tienen a familiares desaparecidos les asiste el derecho de verdad, justicia y reparación. Y es algo muy importante para para esas personas. Creo que con saber dónde están y algún detalle más sobre esos últimos momentos, puede aliviar esa carga que llevan encima”.
Henry Moner, hijo de Enric Moner, cuya identidad suplantó Enric Marco.
Secuencias animadas que parecen hechas con cenizas
Destacar las animaciones de Kote Kamacho que aportan belleza e incluso algo poético a esta historia tan dura. "Me obsesioné con esas animaciones -nos confiesa , porque era la única manera de mostrar el trayecto que hacen Anjel Lekuona y los demás republicanos. Porque no teníamos fotos, solo documentos, como los de su entrada en el campo de concentración. Así que decidimos rodar esas secuencias con Kote. Teníamos claro que las cenizas eran el elemento visual que tenía que estar presente en esas animaciones. Es verdad que al principio lo pensábamos hacerlas en blanco y negro, pero a medida que avanzaba todo el proceso de de producción del documental vimos que todos los elementos eran muy narrativos. No había muchas licencias artísticas. Por eso al final Kote y su equipo las hicieron a color".
Fotograma de 'Popel' t
"El estilo de Kote Kamacho encaja perfectamente con lo que queríamos -añade el director-, con esas imágenes que se hacen y se deshacen con cenizas. También nos inspiramos en el pintor Jose María de Ucelay (1903-1979), que vivió Busturia, el pueblo de Anjel Lekuona. La historia comienza con el bombardeo de Guernica y con Anjel Lekuona; y las formas de los cuerpos y también algunos cielos de esas animaciones tienen mucho que ver con sus cuadros. También nos inspiramos en el propio trabajo de Kamacho".
"Al principio me daba un poco de vértigo -nos confiesa Oier-, porque no sabía cómo iban a encajar esas animaciones después de una entrevista. Pero encajaban perfectamente. Kote Kamacho y su pequeño equipo han hecho un trabajo muy artesanal y ha sido una gozada ver como creaban esas animaciones, desde los storyboards hasta las texturas. Ha sido un trabajo complicado pero el resultado final es una maravilla".
Fotograma de 'Popel' t


